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martes, 1 de marzo de 2022

No a la guerra y la representación de la farsa

 

No a la guerra. A esta guerra de Ucrania, a todas las guerras.

Quise ir a la guerra para pararla, pero me detuvieron a mitad del camino”, dice Gloria Fuertes. Quienes detuvieron a Gloria Fuertes son los mismos que atizan las guerras para hacer negocio con ellas.

El mismo día que Rusia invadía Ucrania y se iniciaba la guerra, Israel bombardeaba Siria. Pero de este hecho nadie dijo nada. El discurso de los medios es la prédica de sus amos. En Siria también hay una guerra, en la que asimismo participa Rusia, además de Irán.

Cuando Rusia combatía contra Chechenia, nadie en Occidente levantó la voz, quizá porque los chechenos habían sido tildados de terroristas, pero lo de Ucrania, al parecer, es otra cosa.

En este momento hay 65 guerras activas en el mundo. De mayor o menor calado: 65. Cada una con sus muertos y damnificados, sus víctimas y sus victimarios. Las de Ucrania y Siria sólo son dos de ellas. En el Dombás, una región del sureste de Ucrania, conformada por Donetsk y Lugansk, también hay una guerra desde 2014 con más de 14.000 víctimas. Al respecto, se firmó el Acuerdo de Minsk para cerrar el conflicto, pero el gobierno de Ucrania lo ha incumplido sistemáticamente. Ucrania bombardea regularmente la región, pero nadie dice nada. Una víctima del Dombás no vale tanto como una víctima ucraniana.

La de Ucrania sólo es la última guerra. Algunas quedan lejos y otras más cerca. En Birmania, el genocidio de los rohinyá; Boko Haram, en Nigeria, Camerún, Níger y Chad; Alto Karabaj, en Azerbaiyán, Armenia y Artsaj; Sahara, entre Marruecos y la RAS; el genocidio turco, con la participación de Turquía, Irak, Irán y Siria; Palestina, por la ocupación israelí; Libia, propiciada por EEUU, OTAN y UE; Congo,… Todas tienen sus muertos, miles de muertos. En la guerra de Yemen, individuos oscuros perecen bajo el fuego de Arabia Saudí, en muchos casos abatidos por armas proporcionadas por España con la intermediación de Juan Carlos I, que hizo de comisionista.

Quienes participan en esta guerra de Ucrania son de raza caucásica; los demás, como sucede con Siria o Yemen, tienen la piel más oscura, incluso negra.

No todas las víctimas de todas las guerras nos conmueven de la misma manera. Algunas ni siquiera nos importan. Y todas sin exclusión acaban cayendo en el olvido más pronto que tarde.

Todas las guerras producen desplazados. También el hambre. La imagen de un buitre esperando la muerte de un niño hambriento en Sudán, que obtuvo Kevin Carter en 1994, ya está amortizada. Desplazado es una palabra para esconder una tragedia.

Entre 1991 y 2001 tuvo lugar la guerra de los Balcanes, pero nadie se rompió las vestiduras como ahora por Ucrania. Quizá porque convenía a la estrategia de EEUU y la OTAN. Se saldaría con la fragmentación de Yugoslavia y decenas de miles de muertos. EEUU y la UE estaban entonces empeñados en la liquidación definitiva de la URSS y el antiguo Pacto de Varsovia para asentar la hegemonía de la OTAN en Europa. No importaron las masacres ni el genocidio, no importaron los muertos de esa guerra, cuya cuenta no se ha cerrado todavía.

En el verano de 2015 más de 800.000 personas escaparon de la guerra de Siria y llegaron a Europa a través de Grecia. El 2 de septiembre, Aylan Kurdi, de tres años, se ahogó al naufragar la lancha en que huía con su padre, su madre y su hermano de cinco años. Su cadáver apareció en una playa empujado por la marea, pero ya hemos olvidado aquella terrible estampa. El tiempo y los telediarios amortizan todas las imágenes. Incluso las de las llamas de Calais y de Lesbos.

Díaz Ayuso ha ofrecido el hospital Isabel Zendán para atender a las víctimas de la guerra de Ucrania. A Díaz Ayuso la sobrecoge la invasión de Ucrania por Rusia, pero carece de tiempo para ocuparse de la tragedia de la Cañada Real, las colas del hambre en Madrid o el fallecimiento de 7291 ancianos, de ellos 5795 por covid, en las residencias madrileñas, por el criminal protocolo que los abandonaba a su suerte sin atención médica. Hay víctimas que constituyen un lema publicitario y víctimas para echar al vertedero.

Ucrania, Rusia y las víctimas de la guerra se han convertido en un relato, que cada cual administra para obtener una renta. A nadie le importa la devastación ni la muerte, a nadie le importan las víctimas. O no importan de la misma manera: a unas se les ofrece el Isabel Zendán y a otras se las detiene tras muros y concertinas.

Se dice que el no a la guerra es en defensa de la libertad, la democracia y la justicia. Y de la vida. Pero no hay libertad, ni democracia ni justicia en Ucrania ni en Rusia. Rusia y Ucrania están gobernados por dos sátrapas, herederos de Hitler, que financian y apoyan gobiernos y colectivos de extrema derecha en Europa, como la Hungría de Orban, la Liga Norte de Salvini y el RN de Le Pen, o CitizenGo y Hazte Oír, estos vinculados a Vox, de España.

La vida en Rusia y en Ucrania tampoco tiene importancia. En Ucrania se quema viva a la gente por el hecho de ser de izquierdas. Y en Rusia y Ucrania, sus gobiernos colaboran sin empacho con grupos paramilitares de extrema derecha.

No a la guerra en defensa de la paz. ¿Viven en paz las mujeres de Catar, Emiratos o Arabia Saudí? ¿O los homosexuales en Hungría, Polonia, Rusia, Ucrania,…? ¿Es la paz sólo la ausencia de guerra?

No a la guerra fue un grito unánime en las de Irak y Afganistán. Por la paz y en defensa de la vida. Contra las patrañas urdidas por unos hombrecillos sin escrúpulos, cuyo único fin era alimentar la industria de la guerra y colarse en los libros de Historia, a los que nadie ha llevado ante un tribunal.

Ucrania ha denunciado a Rusia ante el Tribunal Penal Internacional por genocidio. Nadie denunció en su día las masacres de Irak y Afganistán perpetradas por EEUU. Abu Ghraib y José Couso, por ejemplo, quedaron impunes en la nebulosa del cinismo. Y ahí sigue Guantánamo.

Los deportistas y los organismos deportivos, nacionales e internacionales, se han puesto de parte de Ucrania y proponen excluir a Rusia de las competiciones. COI, UEFA y FIFA ya lo han acordado. Piden el cese de la guerra. Se presiona al presidente del Chelsea porque es ruso, pero se calla respecto de los dirigentes del Manchester City o PSG, entre otros, vinculados a satrapías de Oriente Medio, donde la transgresión de los derechos humanos está en sus propias leyes. ¿Por qué callan respecto a Catar, Emiratos, Arabia Saudí,…? Respecto a Yemen. En Catar se va a celebrar un mundial de fútbol a finales de este año y en Arabia Saudí se celebra la supercopa de España todos los años. ¿Por qué? Hay contratos firmados con sus gobiernos. Son negocios, sólo son negocios, se trata de negocios. Y la guerra es otro negocio.

Todo es una farsa.

El debate no es la paz o la guerra, la vida o la muerte. El debate es la hegemonía de los imperios. Rusia, China y EEUU son los tres imperios en la disputa por el control del mundo. En Ucrania confrontan Rusia y EEUU con la excusa de la OTAN y el papel de sirvienta de la UE, que aún no ha encontrado un proyecto propio. Rusia y China, bajo regímenes dictatoriales, y EEUU, iniciando su camino de exclusión de la democracia, como demostraron en su día el trumpismo y el asalto al Capitolio.

La paz es para el mundo lo que la levadura para la masa”, dice el Talmud, pero las multinacionales de la guerra han optado por que consumamos pan ázimo.

No hay camino para la paz, la paz es el camino”, dice Mahatma Gandhi. Aún menos, si ese camino es la guerra.


sábado, 27 de noviembre de 2021

Manzanares y el gobierno de los bárbaros

Antigua fábrica de harinas


En la calle Anega hay tres solares tapiados, dos de ellos recientemente y el tercero con un cartel de “Próxima construcción” desde hace al menos tres años. En esos solares hubo antes edificios que fueron derruidos por amenazar ruina o que colapsaron por la vejez. En la calle Empedrada, la calle comercial por excelencia de Manzanares, hay otro solar cerrado. En la calle Pedro Capilla, un alcalde franquista, hay un edificio vallado, porque sus muros se están desmoronando, y un solar tapiado. En las calles Emiliano García Roldán, Nuestro Padre Jesús del Perdón, Virgen de la Paz, Padres Capuchinos, Virgen de Gracia,… también hay solares, que compiten entre sí por conformar el esqueleto edilicio derivado de la voraz descarnadura urbanística del pueblo. O de la ciudad, el alcalde prefiere decir ciudad. En Manzanares abundan las calles dedicadas a la confesión católica y a franquistas, los locales comerciales desocupados, los edificios industriales abandonados, las viviendas deshabitadas y los solares: es el vacío y la exaltación obscena del vacío. No hay calle sin su solar, cercado, vallado o convertido en aparcamiento improvisado, y/o su edificio amenazando derrumbe en Manzanares. En total, al menos 500 solares y 1000 edificios en riesgo de ruina. Manzanares tiene actualmente menos de 18.000 habitantes censados, y la población disminuye año a año de una manera incesante. En Manzanares hay muchos más negocios abandonados o clausurados que en funcionamiento, y habrá más con el paso del tiempo. El Mercado Municipal, el centro comercial por excelencia para los ciudadanos en el pasado, está hoy prácticamente abandonado y su espacios se dedican a actividades paradójicas, extrañas a su naturaleza. Manzanares será en breve un cadáver urbano tendido al sol, ocupado por fantasmas del pretérito y fantasías de charlatanes.

Manzanares languidece. Es posible que todo esto no sea exclusivo de Manzanares, que también lo sea de Membrilla, La Solana, Daimiel, Valdepeñas,… de toda la provincia e, incluso, de toda la Comunidad Autónoma, pero aquí nos toca ocuparnos de Manzanares, que es en donde se nutre nuestra experiencia. También hay otros rasgos comunes a todos los municipios, dos de los más significativos son la despoblación y la desertización derivada del irracional aprovechamiento de la tierra y de la sobreexplotación y contaminación de los acuíferos. Hace tiempo que el río Azuer es sólo una cicatriz reseca del paisaje, mientras el término municipal y su comarca se van convirtiendo en el prototipo del páramo.

Manzanares se vacía y se queda sin población y sin expectativas. Al menos, el 50 % de las viviendas están deshabitadas y el 75 % de los locales comerciales están cerrados y sin actividad. No tenemos acceso a las estadísticas, si es que existen, pero basta observar con detenimiento la terca realidad de las calles, donde prima el abandono, y los desvaídos carteles de “Se vende” o “Se alquila” colocados en fachadas, ventanales y cristaleras, en muchos casos desde hace años, para constatar esa impresión desoladora. No hay trimestre en que no se cierre un nuevo negocio.

Manzanares se está cayendo a pedazos. Literalmente. Solares, cercados o no por bardas o tapiales, convertidos en escombreras, criaderos de ratas, refugios de palomas o sucedáneos de aparcamientos públicos, como consecuencia de la ruina o el derribo de los edificios que sobre ellos se levantaban, por vejez, abandono o especulación inmobiliaria. No hay calle en Manzanares donde no se evidencie esa deriva. No hay calle en Manzanares donde no haya un edificio en ruinas o a punto de desmoronarse. Buena parte del patrimonio histórico urbano ha sido convertido en escombros: el Casino, el Gran Teatro (el actual es un discutible remedo),… En Manzanares no hay planificación urbana, la iniciativa urbanística está en manos de un reducidísimo oligopolio depredador de raíz franquista, y la especulación inmobiliaria a la antigua usanza campa a sus anchas. Edificios vacilantes cercados por vallas o que se derrumban. Cornisas que se desploman. Fachadas que se desprenden a pedazos. Y nada de eso se repara. No hay ni una sola calle que no esté atravesada y/o con sus paredes cubiertas por cables de todo tipo, incluso de media tensión. También son habituales los postes en medio de las aceras para sostener esos entramados. En la exposición de acuarelas de Gonzalo Serrano en la Biblioteca Municipal (16-30/10/2021) hay un llamativo detalle que destaca en todos los cuadros: los cables que cuelgan por todas partes como la peor de las pesadillas.

Manzanares se cae, pero su alcalde y su corte de concejales han decidido arrancar los árboles que jalonaban la calle Toledo desde su principio hasta el cruce con la Carretera de La Solana -los que van del cruce de la Carretera de La Solana hasta las vías del ferrocarril están a salvo de momento, porque no parecen molestar todavía a la corporación o porque cimientos e imbornales han desarrollado algún sistema para defenderse de la “gran agresión arborescente”-, y sustituirlos por unos plumeros que llaman palmeras, como parte del plan de peatonalización del entorno del Gran Teatro, porque dicen que los árboles afectaban al alcantarillado, a la estabilidad de los edificios y a la seguridad de los ciudadanos. Un burdo argumento pergeñado para incautos e interesados o incondicionales, apescados al pesebre municipal o su periferia, porque se trata de árboles que llevaban ahí puestos más de 20 años. En todas la ciudades y pueblos del mundo hay árboles sin que los alcantarillados ni los cimientos de los edificios se vean afectados, salvo en Manzanares, en palabras del alcalde, la concejal de urbanismo, alias concejal delegada de los plumeros, y un “experto” apesebrado. Un guion muy propio de charlatanes que carecen de argumentos. Sería interesante conocer los detalles de los informes técnicos, si es que existen, que respaldan la decisión arboricida. Si existen y han sido redactados por los mismos “expertos” que han diseñado y planificado la obra de peatonalización, nos encontraremos con toda seguridad más de una sorpresa: la obra no incluye, entre otros dislates, el soterramiento del cableado ni de la irrigación por goteo, y los plumeros habrán de ser regados con cubos o con cisternas, como ya se está haciendo.

Antes vieron la motosierra unos árboles que “molestaban” en las inmediaciones de Fercam, para construir a los “viejos” una pista de petanca, en sustitución de la que se les había arrebatado con las obras de ampliación de la feria. Y la padecieron también otros árboles de la Carretera de la Solana, en el margen del solar aledaño al cuartel de la Guardia Civil, quizá porque no “encajaban” en el diseño del nuevo centro comercial de Mercadona. También sufrieron la motosierra los setos de los accesos a los paseos del río o se habían arrancado los del paseo de la Estación y los de áreas del paseo de Castilla La Mancha, los próximos y los del entorno de la rotonda de los bomberos. O los cipreses que flanqueaban el único acceso peatonal al cementerio, hoy desaparecido tras una intervención salvaje en sus inmediaciones, disfrazada de planificación y de progreso, que bordea, por cómo se ha realizado, los delitos de prevaricación y contra el medio ambiente. El fervor arboricida viene de lejos y parece tener largo aliento. En el paseo del río y en sus inmediaciones hay al menos una decena de pinos talados desde hace tiempo, que no parece que vayan a ser repuestos. Los pinos, los setos y los cipreses ¿a qué imbornales y edificios afectaban?

Aseguran desde los servicios técnicos que los tilos de la calle Toledo, como los cipreses del camino del cementerio, no han sido talados, sino trasplantados al parque o al entorno del punto limpio, pero no es cierto o es una torticera verdad a medias. La información puede leerse en las web de Lanza y del Ayuntamiento, con una redacción prácticamente idéntica. Sólo desde la ignorancia o la mala fe se puede afirmar semejante cosa. Un trasplante es una actuación compleja, que requiere pericia, medios y tiempo, justamente de nada de eso se ha dispuesto aquí, donde la operación se ha acometido sin preparación y apresuradamente, con un camioneta, una marrana, una motosierra y una retroescavadora. En la calle Toledo había unos cincuenta tilos y sólo veinte han sido trasplantados, aunque previamente desmochados, desposeídos de la mayoría de sus raíces y desangrados, y el resto ha sido desmembrado y retirado. Hemos visto los trozos y los tocones arrancados junto a los hoyos de los alcorques. Sobre la viabilidad y el enraizamiento de estos trasplantes de hacha y azadón no se asegura nada, lo descubriremos en un año cuando se hayan secado. Media docena de cipreses del paseo del cementerio también fueron desmochados y trasplantados; el resto de entre los más próximos a la obra están siendo literalmente destrozados o desecados.

Un detalle más sobre los cipreses del paseo del cementerio: en el área comprendida entre el cementerio y las llamadas calles II y III, se vertieron y amontonaron, se supone que con permiso del Ayuntamiento, cientos de camiones cargados de tierras extraídas de la parcela urbana donde se levanta el nuevo centro comercial de Mercadona. Tenemos las fotografías del desaguisado. Es decir, miles de toneladas de tierras mezcladas con pedruscos y escombros, que después han sido extendidas y aplanadas, cuyo encaje en los Reales Decretos 646/2020, de 7 de julio, y 105/2008, de 1 de febrero, que regulan precisamente estos vertidos, no resulta sencillo de realizar. En esta operación, planean de nuevo los delitos de prevaricación y contra el medio ambiente. El camino de acceso al cementerio era público desde la construcción de la necrópolis, así que surgen dos preguntas: Una. ¿Se han seguido todos y cada uno de los procedimientos legales para su desafectación? Y dos. ¿Se ha previsto un acceso peatonal alternativo al destruido o todo es resultado de una grotesca improvisación propia de zopencos? Ah, y continúan los vertidos en la zona.

Alguien debería investigar de dónde proceden los plumeros de la calle Toledo, si se ha sacado o no a concurso su adquisición, con quién y en qué condiciones se ha contratado su suministro, con qué objeto real se plantan y qué intereses esconde esa decisión, porque es difícil creer en semejante impericia, ineptitud e incompetencia. Las palmeras tienen pocas raíces, efectivamente, pero es una especie invasora y hay otras especies de árboles con poca raíz más propios de nuestro ecosistema, como los arces o los plátanos de sombra, por ejemplo. La ciudad no es un jardín ni un patio, sino un hábitat y un entorno humano, que facilita la convivencia y la hace más amigable, donde los árboles, aparte de su función decorativa y de sostenimiento del medio ambiente, fabrican oxígeno a partir del CO2, corrigen las temperaturas extremas, dan sombra, sirven de cobijo a las aves, crean microclimas que hacen más agradables los entornos y dan sentido y equilibrio vital a la ciudad y a sus habitantes. Los plumeros instalados en la calle Toledo no pueden cumplir esas funciones. Además, son horriblemente feos.

El desmoronamiento urbanístico, y también social, político y económico (en estos aspectos entraremos en próximas entregas) de Manzanares no es un asunto de hoy, sino un proceso. No es el resultado de una resolución reciente o un accidente fortuito, sino que viene de lejos, una consecuencia de intereses espurios y/o resoluciones políticas convergentes, equivocadas o negligentes, tomadas por ineptos, o prevaricadores, cohechadores y cohechados disfrazados de ineptos, que no responden a un plan de ciudad ni a un proyecto de comarca, ni tampoco a un proyecto de Comunidad ni de país. No hay un proyecto de ciudad. Hay una sucesión de ocurrencias y medidas inconexas, inspiradas en las economías del ladrillo y el turismo fraguista y los planes de desarrollo franquistas, encaminadas exclusivamente a forjarse una imagen para intentar ganar las próximas elecciones, que exalta y amplifica la televisión municipal, al servicio exclusivo del alcalde de turno, y para sugerir que se está haciendo algo, cuando en el fondo no se está haciendo nada. Nada quiere decir: nada que no sea viejo, que no haya fracasado o que no nos haya llevado al callejón sin salida de la desertificación y el vaciamiento poblacional. Pero nadie se remueve ni alza la voz contra este desbarajuste. El gobierno municipal y la oposición están cómodos en el desatino. Quizá porque, en Manzanares, todos y cada uno de los gobiernos que ha habido se han limitado a gestionar la herencia del franquismo sin cuestionarla, a administrarla sin molestar, sin revisarla. Sin proponer un proyecto de futuro, emancipador y verde, democrático, que devuelva al ser humano al centro de la vida y considere a la naturaleza su aliada, firmando un pacto con ella. En el fondo, independientemente del signo de los gobiernos que ha habido en los últimos 45 años, gobiernan y controlan Manzanares los mismos burgueses nacionalcatólicos, los mismos capitostes y caciques casposos, incultos y depredadores, que conspiraron y pilotaron el golpe de estado, cuyo fracaso condujo a la guerra civil, que luego gestionaron el franquismo, cuyo objetivo desde el principio fue extender y consolidar el control secular de las élites apioladas a la servidumbre de la gleba. La misma derecha secular, ahora normalizada y blanqueada, porque cuentan con la complicidad de quienes, tras el trámite de la urnas, han llegado a ocupar el gobierno de la administración, que no el poder, sin impugnar ni someter a revisión el pasado, ni proponer una mirada larga, sino inmediata y de circunstancias. Y no es un pasado cualquiera: no sólo la ausencia de la libertad, la corrupción también fue su seña de identidad. Las tierras de Manzanares empezaron a esquilmarse con el franquismo, aunque sus raíces sean tan antiguas como el caciquismo. Los caciques en Manzanares se llamaban señoritos. En el Instituto Nacional de Colonización franquista tiene su origen la explotación irracional y desaforada de los acuíferos.

Las prácticas, los gestos, la simbología e institucionalidad franquista siguen presentes en las calles de Manzanares -en la plaza de don Quijote perviven el yugo y las flechas, por ejemplo-, así como en sus instituciones, asociaciones y cofradías. Muchas siguen teniendo a Franco como cofrade, hermano mayor, referente o miembro honorario, sin que ello les produzca el menor desdoro, ni siquiera sonrojo. A Franco y a algunos jerarcas de su corte genocida. La actual corporación, con aire de santurrones, aunque no pasan de fariseos meapilas, comparecen y participan, en contra de la aconfesionalidad del Estado establecida por el artículo 16.3 de la Constitución, en los actos y manifestaciones católicas del municipio como en los mejores tiempos de la gloriosa alianza nacionalcatólica de la Cruzada. Así, en la novena celebrada el pasado año en honor de Nuestro Padre Jesús del Perdón, y para interceder la protección del Altísimo frente al covid-19, que también retransmitió Manzanares10.tv. Aún más: durante la legislatura 2011-2015, encabezada por el PP, además de ciertas decisiones de discutible oportunidad, incluso indecentes, de cuyo examen se podrían deducir indicios de presunta prevaricación, incluso de malversación de caudales públicos y cohecho, como las obras de soterramiento del río y su entorno y la adquisición de la fábrica de harinas, un edificio en ruinas, sin un fin determinado, por un precio fuera de mercado, se adoptaron resoluciones que cualquier demócrata debería tildar de aborrecibles, tal fijar placas en fachadas y dedicar calles a franquistas reconocidos, responsables, por sus cargos en los gobiernos civiles y el Ministerio de la Gobernación, del dolor y la persecución de los demócratas, sin que los siguientes gobiernos dirigidos por el PSOE hayan adoptado iniciativa alguna para corregir semejante despropósito, insulto a la inteligencia y a las libertades, que no puede sino menoscabar la calidad de la democracia.

El gobierno de Manzanares está en manos de bárbaros desde hace más de ochenta años. Primero fueron los siniestros enemigos de la libertad, de la democracia, de la dignidad y de la vida, y luego han sido y son los administradores acomodaticios de ese legado. Cuarenta años cada uno.

Bárbaros eran los pueblos que habitaban allende las fronteras de Roma. Roma era la civilización y, por lo tanto, bárbaro era aquél que no hablaba la lengua de la civilización. Bárbaro es quien ignora la lengua de la civilización. Quien se expresa con el lenguaje del neolítico, entendiendo por neolítico la acepción civilizatoria que le da Santiago Alba Rico en La ciudad intangible. Según el DRAE, civilización es el “estadio de progreso material, social, cultural y político propio de las sociedades más avanzadas”. Habría que determinar qué significa progreso y qué implica eso de sociedad avanzada, hoy son términos a debate, cuando el capitalismo, construido sobre el crecimiento incesante, depredador y criminal, la injusticia y la explotación del ser humano, ha convertido el progreso en una mera acumulación de bienes -todo es mercancía y objeto de mercado-, sean o no imprescindibles para la supervivencia y la vida, está acabando con los recursos, de suyo finitos, y está llevando a la destrucción del medio natural en que estamos insertos, y, por lo tanto, a nuestra extinción como especie. El capitalismo es enemigo del ser humano y de la vida en general. El covid-19, como síntoma, el agotamiento de las materias primas y las energías fósiles, el avance de los desiertos, el cambio climático y, en particular, la destrucción de entornos naturales, como los casquetes polares o las selvas tropicales, y, en nuestro caso, de la Manga del Mar Menor, Doñana o las Tablas de Daimiel, la completa desaparición de los ríos de comarcas enteras, como la de Ciudad Real, la contaminación de acuíferos por las macrogranjas, los vertidos de residuos y la agricultura basada en la extracción indiscriminada de la riqueza y el uso desmedido de fertilizantes químicos, por poner unos ejemplos cercanos, no son sino signos de esa deriva suicida. La defunción del río Azuer es la señal más cercana. El arrancamiento de los tilos de la calle Toledo y la plantación de los plumeros en su lugar son parte del mismo extravío, que los bárbaros pretenden disfrazar.

 NOTA:

Manzanares es un pueblo de la Mancha, a la altura del kilómetro 173 de la autovía de Andalucía, con estación de autobuses y de ferrocarril, 17.962 habitantes y disminuyendo, quizá paradigma de la España que se está vaciando.

miércoles, 16 de junio de 2021

Necrofagia y dignidad

 

(Álvaro Orús, mural C.S. Tabacalera, Madrid)

Vinieron un guardia civil y un requeté, se lo llevaron y ya no supimos de él. Suponemos que lo mataron aquella misma noche o a la noche siguiente”. Lo recordaba una nieta que aguardaba la exhumación de su cuerpo, finalmente recuperado por la ARMH a finales de mayo, con otros 33 más. Lo detuvieron y fusilaron en los primeros días de abril de 1939 junto a la tapia norte del cementerio, y lo arrojaron a una fosa común extramuros de más de seis metros de profundidad. Los 34 acabaron ahí tras un paseíllo o tras la farsa de un juicio sumarísimo sin pruebas ni garantías procesales. Hay otros 250 asesinados más en otras fosas comunes del cementerio de Manzanares, todos ellos arrojados en montonera, como restos de una demolición. En total, unos 288 (digo “unos”, indeterminado, porque nunca se pueden asegurar las cifras de aquella masacre oscura, pueden ser más) cuerpos anónimos, aunque tuvieron nombre, sepultados sin dignidad. Olvidados por casi todos. Despreciados por los herederos de sus verdugos y/o los que se nutrieron y/o enriquecieron gracias al genocidio.

El 16 de agosto de 1936, fue detenido Federico García Lorca por la Guardia Civil en casa de su amigo Luis Rosales, que tenía dos hermanos falangistas. Acompañaban a los guardias Juan Luis Trescastro Medina, Luis García-Alix Fernández y Ramón Ruiz Alonso, exdiputado de la CEDA, que había denunciado a Lorca ante el gobernador civil de Granada José Valdés Guzmán. Valdés consultó con Queipo de Llano lo que debía hacer, a lo que éste le respondió: «Dale café, mucho café». Recuerda Ian Gibson que se acusaba al poeta de «ser espía de los rusos, estar en contacto con estos por radio, haber sido secretario de Fernando de los Ríos y ser homosexual». Sobre todo de ser homosexual, porque un español es muy macho y ha de lucir un pecho abombado. Fue trasladado al Gobierno Civil, y luego al pueblo de Víznar donde pasó su última noche en una cárcel improvisada, junto a otros detenidos.

Federico García Lorca fue fusilado a las 4’45 h del 18 de agosto en el camino que va de Víznar a Alfacar. Su cuerpo permanece enterrado en una fosa común en algún lugar de esos parajes, junto con el cadáver de un maestro nacional, Dióscoro Galindo, y los de los banderilleros anarquistas Francisco Galadí y Joaquín Arcollas, ultimados con él. Juan Luis Trescastro presumiría después de haber participado personalmente en los asesinatos, recalcando la homosexualidad de Lorca. Como los asesinados en Manzanares en 1939, cuerpos desaparecidos y anónimos, aunque con nombre.

El 10 de julio de 1997, Miguel Ángel Blanco fue secuestrado por tres miembros de ETA, que exigía el acercamiento de los presos de la organización terrorista a las cárceles de Euskadi. Ante la negativa del Gobierno de Aznar, la tarde del día 12 fue tiroteado en un descampado y murió en la madrugada del día 13. Miguel Ángel Blanco era un anodino concejal del PP en Ermua, pero era ante todo un ser humano. Sus asesinos acabaron con el político, al margen de su naturaleza humana, porque lo primero que hace un asesino, antes de cometer el crimen, es despojar a la víctima de su condición humana. En eso siguieron la misma pauta que los criminales de Víznar o Manzanares.

El día 11 las calles de España se llenaron de manifestantes con las manos blancas, exigiendo la liberación de Miguel Ángel y el fin del terrorismo de ETA. Pero lo mataron.

Nadie tiene derecho a disponer de la vida de nadie. Nadie tiene derecho a usar el terror ni ningún otro medio violento para imponer sus categorías. Esto fue lo que sacó a la calle el 11 de julio de 1997 a la ciudadanía, y ésta fue la génesis de la derrota de ETA. Y la transgresión de esos principios fue el origen del genocidio franquista y los 40 años de dictadura sangrienta.

Miguel Ángel Blanco tiene una tumba donde sus allegados pueden visitarlo y llevarle flores; justamente de eso carecen García Lorca y los asesinados de Manzanares. Muchos lugares han levantado monumentos o estatuas en memoria de Blanco (en Manzanares hay una), pero, sobre todo, se ha convertido en una mercancía con la que trafica la derecha con fines electorales, y algunos para labrarse un porvenir saneado.

Los familiares y descendientes de los 34 de las fosas exhumadas, ya dignificados, de los 280 que están pendientes de exhumar y dignificar, de las decenas de miles que ocupan miles de cunetas y fosas comunes, sin nombre ni dignidad, hubieron de huir de sus lugares de residencia perseguidos, expoliados, extrañados y marginados, porque eran hijos de rojos, aunque no hubieran hecho daño a nadie, porque descendían de rojos o estaban emparentados con rojos, para dispersarse, sin ningún amparo ni respeto, simplemente para sobrevivir. Seguramente han sobrevivido, en su mayoría a costa de la desmemoria, porque la lezotecnia, el extrañamiento y el autoexilio fueron la condición para pasar desapercibido, y éste la condición para la supervivencia, la mera supervivencia.

A una buena parte de las víctimas de ETA y de sus familiares les organizaron asociaciones de víctimas, AVT y Covite, entre otras y principalmente, para protegerlas, reconocerlas, acompañarlas en su dolor y darles apoyo y aliento. Fue necesario para que el dolor no se convirtiera en sufrimiento, y porque la sociedad ha de reconocer y acoger a quienes sufren las consecuencias de la barbarie de aquellos que tratan de destruir los bases de libertad, democracia, justicia e igualdad sobre las que nos organizamos.

ETA ya no existe, pero continúan existiendo los que se nutren de ella. Partidos políticos, asociaciones y particulares carroñeros, que han convertido el terrorismo en un caladero de votos y sinecuras o en una coartada para conseguir un buen puesto de trabajo. Miserables, desalmados e inútiles instalados sobre los cadáveres y las víctimas, convertidos todos en pitanza. Con la muerte de Lorca nadie se ha beneficiado, al contrario, todos hemos sido golpeados y perjudicados, todos somos víctimas; con Blanco, sin embargo, muchos han encontrado un trabajo bien remunerado. No es interés por la vida, sino por la nómina. No es interés por la dignidad, sino por la hacienda.

No todas las muertes son iguales. Los asesinados de las fosas comunes de Manzanares o García Lorca no son iguales que Miguel Ángel Blanco. Que Miguel Ángel Blanco o cualquiera de las novecientas y pico víctimas del terrorismo etarra. Los asesinados de Manzanares, García Lorca o cualquiera de los más de cien mil que permanecen en cunetas, fosas comunes o simples agujeros. Se rememora el horror de los atentados de Hipercor o el cuartel de Zaragoza, pero se obvian como si no hubieran sucedido el bombardeo de Guernika o la Espantá.

El alcalde de Manzanares prometió un panteón, lugar de reconocimiento o de memoria para los 34 exhumados el primer día del inicio de los trabajos. ¿Sólo para los 34? ¿Y los demás, los otros 250? En el fondo, sólo fue la propaganda de un charlatán: Manzanares, a día de hoy, continúa reconociendo o exaltando a franquistas, es decir, a cómplices del genocidio mediante placas, calles, medallas y simbología.



lunes, 7 de junio de 2021

Fosas, memoria histórica e indignidad


1.

A las 09,00 horas del 13 de septiembre de 1971 Pedro Patiño fue asesinado por la Guardia Civil. Pedro Patiño era albañil, vivía en Getafe, estaba casado, tenía dos hijos menores, contaba 33 años y era miembro de CCOO y PCE. Repartía octavillas con otros compañeros por las obras del polígono industrial de Leganés, junto a la carretera de Villaverde a Leganés, llamando a la huelga del sector para conseguir la libertad de Paco García Salve, cura, jesuita, militante de CCOO, entonces en la cárcel por su actividad sindical.

Al día siguiente, ABC publicaba en su página 43 la noticia. Decía:

PROPAGANDISTAS ILEGALES DETENIDOS Y UNO MUERTO

La Dirección General de Seguridad ha facilitado, a primera hora de la tarde de ayer, la siguiente nota a la Agencia Cifra1:

«Sobre las nueve horas del día de hoy, cuando la dotación de un coche patrulla de la Guardia Civil compuesta por el conductor y tres números se hallaba prestando servicio en la zona comprendida entre Villaverde y Getafe, observaron a cuatro individuos difundiendo propaganda ilegal en una obra que se realiza cerca del kilómetro 3'200 de la carretera de Leganés a Villaverde. La dotación del citado coche patrulla bajó del vehículo para perseguir y detener a los aludidos individuos, y al intentar la detención de uno de ellos, don Pedro Patiño Toledo, nacido en Puebla de Almoradiel (Toledo), de treinta y tres años, con domicilio en El Escorial, éste se abalanzó2 sobre un guardia civil al que agredió e intentó desarmar y en el forcejeo se disparó el arma, alcanzando al referido don Pedro Patiño, que resultó gravemente herido, falleciendo durante el traslado al hospital.

El fallecido don Pedro Patiño tiene numerosos antecedentes policiales.

El 1 de enero de 1959 fue detenido por actividades del Partido Comunista y puesto a disposición del Juzgado especial. También fue detenido el 20 de marzo de 1969 por actividades ilegales, pasando a disposición de la autoridad militar, y el 30 de abril del año en curso por coaccionar a los trabajadores de unas obras en el pueblo de Parla, siguiendo las consignas del Partido Comunista.

En el año 1962 y para eludir responsabilidad pasó a Francia clandestinamente, desde donde se trasladó a la Unión Soviética, y en este país recibió instrucciones del Partido para el desarrollo de ulteriores actividades políticas en España».

Fin.

ABC no era un periódico, sino una sentina, siempre lo ha sido, al servicio de la extrema derecha. Colaboraba estrechamente con la Dirección General de Seguridad, a la que servía de altavoz y de chivato.

Los compañeros que repartían propaganda con Pedro Patiño aquel día fueron juzgados luego y condenados por el Tribunal de Orden Público por un delito de “propaganda ilegal” a la pena de dos años de prisión y 10.0003 pesetas de multa, con arresto sustitutorio de 30 días. Entre los hechos probados de la sentencia se afirma: “arrojaron y esparcieron en obras y caminos indeterminado número de hojas ciclostiladas, tamaño cuartilla, unas, pie de Comisión Obrera Provincial de la Construcción de CCOO, otras, pie del Comité de Madrid del Partido Comunista de España”.

2.

Pedro Patiño Toledo nació el 10/11/1937, en Puebla de Almoradiel (Toledo). Su padre fue fusilado sin juicio y su madre vio conmutada la pena de muerte a la que había sido condenada. Era un “hijo de rojos”, y “rojo” él mismo.

Con 16 años, en 1954, emigró a Getafe para trabajar en la construcción. Se integró en el PCE y en CCOO. El 17/02/1959 fue condenado en consejo de guerra a un año de prisión por el delito de rebelión militar, junto con otros seis procesados. El delito era haber impreso con una vietnamita 200 ejemplares de una hoja reivindicativa, donde se decía: “Por una vida más digna, por un salario vital de 100 pesetas con escala móvil”. La sentencia destacaba, como si fuera un agravante: de los 7 acusados, 5 de ellos, incluido Pedro Patiño, eran “hijos de padres ejecutados durante la guerra o la posguerra”.

En 1962 se exilió a Francia para evitar su detención por “actividades comunistas en el complot industrial de Villaverde-Getafe”, sumario 1324/1962. Fue procesado y condenado en rebeldía por su pertenencia al PCE.

En Francia conoció a Dolores Sancho y se casaron. Regresaron a España en 1968. El 05/03/1969 Patiño fue detenido por asociación ilícita durante el Estado de Excepción, decretado el 24/01/69 para “luchar contra las acciones minoritarias sistemáticamente dirigidas a alterar la paz española y arrastrar a la juventud a una orgía de nihilismo y anarquía”, en palabras de Manuel Fraga Iribarne. Fue absuelto, por sentencia del TOP.

Con la ley 52/2007, de Memoria Histórica, se le otorgó certificado de reparación personal, reconociendo que había sido perseguido y encarcelado injustamente “sin las debidas garantías por el ilegítimo Juzgado Especial de Espionaje y Comunismo” y que murió “en defensa de su actividad política”.

Sus asesinos nunca fueron juzgados. Tampoco ha formulado la Historia reproche alguno a quienes fueron cómplices del asesinato o participaron desde sus cargos en la farsa de los hechos. Quizá porque la Historia sigue el relato estricto de los vencedores. Aún más: muchos de los asesinos y cómplices del genocidio y posterior represión recibieron distinciones o reconocimientos que la verdad, la justicia y la decencia democrática deberían haber anulado o no haber permitido.

3.

Blas Tello Fernández-Caballero nació en Manzanares, Ciudad Real, el 12/11/1908. Se licenció en Derecho e ingresó en el Cuerpo de Magistrados de Trabajo.

Desempeñó el cargo de gobernador civil de la provincia de Toledo entre 1944 y 1951. Prestó un firme apoyo al uso educativo del castillo de San Servando como Academia del Frente de Juventudes. Fue el primer director general de Política Interior del Ministerio de Gobernación4, desempeñando el cargo desde 1951 hasta 1958.

Fue consejero nacional del Movimiento y procurador en las Cortes franquistas entre 1952 y 1977. Y uno de los procuradores que se abstuvieron en la votación de la Ley para la Reforma Política de Adolfo Suárez de 1976.

4.

Pedro Patiño Toledo y Blas Tello Fernández-Caballero, dos nombres de la España franquista. Su paradigma histórico. Adversarios. No se conocieron, pero sus vidas se cruzaron trágicamente. Una víctima y un victimario. Un defensor de la libertad y un responsable directo de la persecución y las represalias que sufrieron la víctima y sus familiares. El franquismo y el régimen del 78 los han obligado a convivir como si fueran personas igualmente respetables.

5.

El 25/02/1977, el pleno del último ayuntamiento franquista de Manzanares nombró a Blas Tello Fernández-Caballero hijo predilecto del municipio y le concedió la medalla de oro de la ciudad. En el acta se dice: “...concurren méritos y circunstancias especiales de servicios prestados al Estado y al municipio de Manzanares de extraordinaria relevancia. (…) A nivel local son tantas y tan variadas las realizaciones municipales que se han llevado a cabo gracias a su intervención más o menos directa, que puede decirse que D. Blas Tello ha sido el principal protagonista del inmediato pasado, del presente y del futuro de Manzanares”. Son tantas y tan variadas, dice, las realizaciones, pero no enumeran ninguna, porque no hay ninguna que detallar. “Olvidan” que fue un decidido azote de demócratas, un liberticida, cómplice y responsable de persecuciones y asesinatos de demócratas.

La calle donde se levanta la casa natal recibió el nombre de Blas Tello y Blas Tello se continúa llamando 44 años después, hoy mismo, sin que ningún gobierno municipal haya comprendido la necesidad, por justa y democrática, de corregir esa indecencia.

6.

Por acuerdo de la corporación municipal presidida entonces por el PP, se colocó en 2011 una placa en la fachada de la que fuera casa del victimario. Dice:

En esta casa vivió D. Blas Tello Fernández-Caballero, 12/XI/1908-08/1/1984, magistrado, hijo predilecto y medalla de oro de la ciudad, principal protagonista del pasado y presente de Manzanares. El ayuntamiento pleno le dedica este recuerdo para perpetuar su memoria en señal de agradecimiento. 26/XI/2011”.

7.

Hay más placas honoríficas de liberticidas en las fachadas, como la de José-Antonio García-Noblejas García-Noblejas, notario, nombrado Hijo Adoptivo y Predilecto del municipio el 26/10/1962 en base a la ardorosa defensa que hizo del régimen franquista cuando éste fue criticado en una reunión internacional celebrada en Ginebra. Había sido abucheado e increpado por ello, acabando en comisaría, lo que se consideró entonces “un gesto de ciudadanía y patriotismo que merece ser destacado para conocimiento del vecindario, mucho más en los tiempos actuales de conformismo y coexistencia con los enemigos de Dios y de la Patria”. Se destacaban asimismo los relevantes servicios prestados a Manzanares y a España en sus diferentes cargos como Presidente de la Diputación Provincial de Ciudad Real, Gobernador Civil de Castellón de la Plana y Director General de Archivos y Bibliotecas.

Manzanares también tiene el “honor” de mantener en su callejero a personajes de dudosa respetabilidad, como Pedro Capilla, alcalde franquista, cuyo “mérito”, al parecer, fue llevar el agua corriente y el alcantarillado a las últimas viviendas del municipio. Cabe decir que barrios enteros de la población carecían de agua potable y alcantarillado a finales de los años 60 y principios de los 70.

Por si fuera poco, en el municipio aún pueden verse símbolos significativos del período franquista, como los de la falange y el sindicato vertical. En la plaza de don Quijote y en dos grupos de edificios próximos construidos por la “Obra sindical” en 1952, por ejemplo.

Un dato: desde las primeras elecciones hasta hoy mismo, el alcalde siempre ha sido un militante del PSOE, salvo en el período 2011-15 que correspondió al PP. Ninguno de ellos se ha propuesto enmendar alguna, siquiera una, de estas “anomalías” democráticas.

Ítem más: todas las corporaciones municipales de Manzanares, franquistas, del PP o del PSOE, han subvencionado y subvencionan cofradías y asociaciones que mantienen a Francisco Franco y a otros fascistas de mayor o menor relieve, vivos o muertos, como socios, cofrades o hermanos mayores honorarios o predilectos.

8.

Hace unos días, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha concluido los trabajos de exhumación de 34 cadáveres de dos fosas comunes del cementerio de Manzanares. Tuvieron que ahondar hasta los seis metros y medio. Ésa era la profundidad a la que los cuerpos había sido arrojados de cualquier manera, dicen que como si se tratara de alimañas odiosas, pero las alimañas reciben mejor trato, empujados quizás a patadas, acaso vivos todavía, y rematados a balazos desde el exterior. Cada uno de los muertos tiene su historia y todos tienen en común ser de Manzanares, o de algún pueblo de alrededor, y el hecho de ser demócratas y haber estado comprometidos con la libertad y la justicia. Ahora queda la identificación de los restos y su entrega a sus familiares para que reposen, recuperada su dignidad, junto a los suyos.

Las labores se realizaron a instancia de la Asociación para la Memoria Histórica de Manzanares, compuesta toda ella por familiares de represaliados por el franquismo en el municipio. Aún quedan más de 250 cadáveres de asesinados, distribuidos en varias fosas comunes, que quizá conozcan también el momento histórico en que recuperen la dignidad y el respeto que se les negó hace 82 años. Pero nadie ha asumido todavía la iniciativa de recuperarlos.

En los trabajos no ha comparecido juez, fiscal ni forense alguno, a pesar de tratarse de la exhumación de cuerpos muertos violentamente. En 82 años nadie, ninguna autoridad política o judicial, se ha interesado por la ignominia que supone el silencio sobre los asesinatos y la suerte de los cuerpos de los represaliados.

Apareció por el cementerio el alcalde de Manzanares al iniciarse la apertura de las fosas con la televisión municipal para hacerse una entrevista, como si él tuviera algo que ver con las exhumaciones. Y para prometer que promovería la construcción de un panteón o lugar de la memoria con el fin de recordar el tributo de los demócratas. Desde 1979, ningún gobierno municipal -uno de UCD (1979-83), uno de PP (2011-15) y nueve del PSOE (1983-2011 y 2015-hoy) han mostrado interés alguno por los asesinados, ni por restituir la memoria histórica. Ni por trazar una línea que separe el oprobio de la verdad. Al contrario: desde 1979, por acción, negligencia, omisión o dejación todas las corporaciones municipales se han limitado a gestionar el franquismo, sin discutir ni corregir ninguno de sus actos o decisiones, refrendados en la práctica por el silencio o la indiferencia, como si ante el fascismo cupieran silencio o indiferencia, o por nuevos acuerdos y distinciones del pleno del ayuntamiento “democrático”. La presencia del alcalde sólo es propaganda o autobombo, unas fotografías para la web municipal y unas imágenes para su televisión, nada más, una actitud más propia de un vendedor o un charlatán que de un responsable político, que pertenece a un partido desangrado por el franquismo.

Tras las exhumaciones de Manzanares sólo está la ARMH y los familiares de los represaliados. Nadie más. En Manzanares persiste el oprobio de la simbología franquista y las distinciones a quienes fueron responsables y cómplices de la dictadura y se sirvieron de ella para su enriquecimiento o su preeminencia. Es decir, en Manzanares, como en muchos otros lugares donde las fosas existen pero se ignoran, pervive el desprecio por las víctimas, nadie se ha ocupado de ellas en 42 años de “democracia”. Desde las actas municipales y desde las fachadas se continúa insultando a las víctimas. El alcalde actual y sus antecesores conviven con la anomalía de las fosas, no se siente incómodos con la injusticia y la indignidad de su persistencia.

Esta anomalía democrática y la falta de comprensión del significado profundo de los DDHH y de la dignidad de las personas se explica si se observa que es el resultado del diseño, denominado régimen del 78, que los poderes fácticos españoles y europeos, establecieron para el “fin” del franquismo y la construcción de la “democracia”. La transición es el fruto de ese diseño, de cuyo desarrollo encargaron a PP, antes UCD, y PSOE, que ambos partidos han cumplido a rajatabla, aún a costa de escupir sobre las tumbas de los demócratas, y construir una democracia descafeinada y dependiente de las viejas estructuras de poder franquista..

Escupe el alcalde de Manzanares cuando promete un mausoleo o un lugar de la memoria, pero no limpia Manzanares del fascismo y no dota de contenido, de nervio a la democracia, en el pueblo que gobierna. Escupe el PSOE y escupe García Page cuando convierten la memoria histórica en un papel y no un compromiso y una práctica, cuando no ponen a jueces, fiscales y forenses en el trabajo de exhumación. Escupe el poder judicial haciendo dejación de sus obligaciones con la ley y la justicia.

Hay quienes propugnan pasar página y quienes se encuentran cómodos pasándola, PP y PSOE. Es decir, quienes están hartos de que se hable de la fosa común del abuelo y quienes no hacen nada por exhumarla. Ambos vuelven a colocar en el paredón a los fusilados, victimizan de nuevo a las víctimas. Pasar página o perdonar no resuelve la ignominia de las cunetas o las fosas comunes. Decían algunas madres y hermanas de víctimas del pinochetismo: cómo vamos a perdonar si no sabemos a quién hemos de perdonar, necesitamos conocer el nombre y apellidos de quienes torturaron y asesinaron a nuestros hijos y hermanos, y entonces los podremos perdonar. Aquí no sólo no se ha hecho nada por identificar a los genocidas y a sus cómplices, sino que se ha contribuido a su blanqueamiento.

Cada pueblo, cada villa, cada ciudad, cada comunidad humana tiene que hacer un trabajo de identificación de sus víctimas y entregar sus restos a sus familiares, para restablecer la dignidad personal de las víctimas y reconstruir la verdad histórica, tan descuidada en la actualidad, pero también cada comunidad humana debe hacer un trabajo de identificación de sus verdugos, torturadores, asesinos y cómplices del genocidio. Debe hacer una labor de investigación e identificación para que los familiares de las víctimas sepan a quiénes han de perdonar y con quiénes han de reconciliarse y conciliar un futuro, si es que es posible conciliar con sus descendientes un futuro para todos. Durante más de 40 años no ha habido futuro para los vencidos. Los vencidos perdieron hace 82 años su condición humana y aún no lo han recuperado. Sólo son derrotados o somos hijos de derrotados. España, si es que tiene sentido este nombre y no es artificial su construcción, sólo será posible cuando todos y cada uno de sus habitantes sea un ser humano, íntegro e igual, aunque distinto.

Podemos bajar muchos metros para encontrar a los asesinados por la represión franquista, pero, por muy profundo que excavemos, nunca encontraremos allí a un Estado democrático que haya garantizado sus derechos a las víctimas de la dictadura”. Lo dijo Lorenzo Silva, presidente de la ARMH, en un acto de solidaridad, reparación y dignificación celebrado en el cementerio de Manzanares el pasado 30 de mayo, ante las fosas comunes de 34 patriotas asesinados hace 82 años, de cuya exhumación se estaban ocupando. No sólo necesitamos al Estado ante las fosas, también necesitamos a los ciudadanos. La ciudadanía sólo se alcanza con el ejercicio de la libertad, y libertad es la palabra más manoseada y degradada estos días. La libertad sólo es una palabra cuando las calles y las instituciones están ocupadas o inficionadas por sus enemigos.



NOTAS:

1. Cifra era el nombre con el que la estatal Agencia EFE firmaba las noticias nacionales. EFE, por F de Franco, Falange y fe.

2. Es falso que Pedro Patiño o alguno de sus compañeros ofreciera resistencia.

3. Unos 1185,90 € actuales, teniendo en cuenta la variación del IPC general, el 1876,5 %, según el INE.

4. Ministerio del Interior desde 1977.