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sábado, 18 de junio de 2011

Así, tampoco

Infiltrados en la manifestación que provocaron a la policía y luego fueron protegidos por ésta.
¿Eran policías? Y, si no lo eran, ¿por qué no fueron detenidos?


A finales del año pasado, Fernando Savater daba una conferencia en la que afirmaba no tener ni idea de física y de no tener nada claro “lo de la gravitación universal y todo eso de Newton”. Es decir, reconocía su ignorancia científica y no le parecía contradictorio con su oficio de filósofo. Resultaba llamativo ese reconocimiento en boca de un filósofo: hoy (siempre fue así, pero hoy cualquier pensador lo admite), un filósofo que desconoce la ciencia apenas sobrepasa el nivel de un charlatán.

Llamó hatajo de mastuerzos a los concentrados ante el Parlament, a raíz de los incidentes que impidieron el libre acceso de los parlamentarios al hemiciclo. Supongo que sus problemas para entender a Newton y la parábola de la manzana no le impedirá conocer el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, sobre todo, después de haber sido premio Planeta. Allí, hatajo significa: grupo pequeño de ganado o, en sentido despectivo, grupo de personas o cosas. Y mastuerzo: planta herbácea, berro y majadero, es decir, hombre necio y porfiado. A tenor del significado de porfiar, me permito deducir que el señor Savater quería llamar a los concentrados “grupo despreciable de necios que persisten en su necedad”. Es curioso, parecía hablar de sí mismo en lo que se refiere a Newton y la física. Tampoco me extraña: ya ha dado en otras ocasiones muestras de ignorancia, y ha alardeado de ello, al opinar de ética (curiosamente, especialidad en la que ha sido docente) y de los toros, por ejemplo. De esto hablan las hemerotecas y podemos refrescar la memoria de cualquiera que tenga interés en ello en cualquier momento.

Sánchez Dragó definía hace poco a Franco como un personaje con el que era difícil tener problemas. Al movimiento 15M lo ha comparado con Hitler, Mussolini y Franco. Quizás ha querido decir que son un movimiento totalitario, en sintonía con lo que afirmó en los primeros días su jefe de gabinete, Esperanza Aguirre. En el mismo artículo llama memo a Stephan Hessel. Sin comentarios.

Me refiero a los señores Savater y Sánchez Dragó a modo de ejemplo. Tienen el crédito que tienen o, mejor dicho, el que queremos concederles. Podríamos añadir a otros políticos y bastantes tertulianos de la radio. Un político y un intelectual tienen la obligación de conocer los hechos antes de opinar. Quien opina sin conocer los hechos lanza un escupitajo al cielo. Más aún, quien opina ignorando y manipula y, aún más deleznable, quien manipula los hechos conociéndolos traspasa la frontera de la hez, constituye la hez misma.

Tras lo sucedido en el Parlament, me propuse indagar. Como alguien lo ha hecho ya, y muy bien, remito a los interesados al artículo. Ahí están casi todos los hechos (decir todos sería petulante) y en su contexto. Tres me parecen los acontecimientos esenciales:

- El acoso a algunos parlamentarios.

- El comportamiento inicuo con el parlamentario ciego y su perro guía.

- Las provocaciones de un grupo marginal, sin relación con los concentrados.

De lo último hay imágenes explícitas. De los dos primeros, testimonios, aunque yo no dudo de esos testimonios. Lo último parece una operación calculada; los dos últimos, parecen acciones aisladas, aunque todos los concentrados gritaran y, con su sentada, impidieran el libre acceso de los parlamentarios al hemiciclo, lo que ya es de por sí reprochable, una línea roja -sí, de acuerdo, señor Rubalcaba, una línea roja- que no se debe cruzar en un sistema democrático, por muy imperfecto que sea.

Lo venimos avisando: habrá infiltrados, para desnaturalizar el movimiento o para manipularlo; habrá mezquinos que se pongan en la cabecera para salir en las fotos y aparentar que piensan; habrá profesionales del goebbelismo o el storytelling que tratarán de ensuciarlo, y habrá, sobre todo, la caterva de aterrados (porque su tiempo toca su fin) dispuesta a amansarlos para integrarlos.

Soy de los que han creído en el 15M desde un principio, y de quienes les augura un largo hálito, aunque no exento de problemas y contradicciones.

Hoy me gustaría quedarme con José Luis Sampedro y su intervención en el Reina Sofía, en el encuentro de los jóvenes por el futuro. Y querría quedarme con Gandhi. Anoto tres frases. Una. Casi todo lo que realice será insignificante, pero es muy importante que lo haga. Dos. Lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia. Tres. En cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de hombre, ninguna tiranía puede dominarle.

Cuando antiguamente los agricultores hacían la recolección de los cereales, tras el tiempo de siembra y el de espera, seguían un proceso exacto: siega, trilla y, finalmente, aviento, para separar la paja del grano. Aparecían espigas intrusas y, en el proceso, también se perdían algunos granos buenos. Al final, sin embargo, había dos montones: uno de paja y otro de trigo; las malas hierbas intrusas se habían perdido en el camino. Al final, el 15M tendrá su montón de trigo. Conviene asegurar cada uno de los pasos: siega, trilla y aviento. Para el aviento, con un buen bieldo es suficiente.



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