No acostumbro a dudar de la palabra de mis hijos. Es más: me parecería una indecencia por mi parte arrojar una sola sombra de duda sobre su palabra. Sin embargo, en la mañana de ayer pensé que Paula exageraba cuando me contaba el desalojo de la Plaza de Cataluña. Lo había visto en A3, que lo había retransmitido en directo. Yo había leído la noticia en el web de TVE, sin imágenes, que, más o menos, decía: “Los Mossos han solicitado a los concentrados en Plaza de Cataluña que abandonaran la plaza momentáneamente para limpiarla de cara a las posibles celebraciones del sábado, a la conclusión de la final de la Champions League. Tras la limpieza, podrían regresar a ella con sus sacos de dormir, pero sin tiendas ni otros elementos que se pudieran convertir en contundentes. Se trataba de retirar cualquier medio que pudiera ser usado en algún acto de vandalismo por los concentrados del sábado para celebrar la copa. Los indignados se habrían opuesto a la limpieza y los Mossos habrían procedido a su desalojo”. Hay una crónica de los hechos de la misma TVE de las 16'24 horas del 27. Bien, basta ver las imágenes, fotos o videos de cualquier medio, los de A3 son muy explícitos, para comprobar que TVE mentía en la crónica primera y miente en ésta. No sólo miente quien tuerce la verdad, sino también quien la cuenta para que uno acabe extraviándose de ella.
Mi hija no exageraba, era comedida en su narración: no he visto, desde el franquismo y los primeros años de la transición una actuación tan brutal de la policía contra gentes que se resistían pacíficamente, con los brazos en alto, sin otras armas que sus cuerpos y la convicción de su resistencia. Sólo ha faltado la colaboración de los guerrilleros de Cristo Rey o de alguna otra organización de corte similar, junto con algún muerto, para acabar del mismo modo que cualquier manifestación antifranquista. Heridos sí ha habido.
Ha dicho Artur Mas: “La policía ha hecho su trabajo, podría haber sido peor”. Miente. Ha dicho Felip Puig: “El objetivo nunca fue desalojar, sino limpiar”. Miente. Ha dicho el Director General de los Mossos: “La actuación de la policía ha sido correcta”. Miente.
¿Querían limpiar plaza de Cataluña para impedir que los vándalos de las celebraciones deportivas se comportaran el sábado como tales? ¿Por qué actuaron contra los pacíficos concentrados en lugar de organizar un dispositivo que impidiese los vandalismos de algunos seguidores del Barça? Si hay energúmenos entre los aficionados al fútbol y, por tanto, elementos peligrosos para la convivencia entre los mismos, ¿por qué actuar violentamente contra quienes buscan la regeneración social?
Digámoslo: ¿quieren limpiar, les ha entrado de repente prurito por la limpieza? Que limpien. Que limpien e higienicen todas las plazas de Cataluña, todas. Sin excepción. Por ejemplo: en el parlamento catalán, en las diputaciones, en los ayuntamientos,... donde se sientan los corruptos. Que limpien los partidos, CiU, por ejemplo, donde se emboscan los amigos del 3% sobre las obras contratadas por la Generalitat, que marginen a los malversadores del Palau y a sus cómplices, que limpien sus listas electorales de imputados, que recuperen la decencia, que reconstruyan la dignidad de la política, convertida en basura en los últimos tiempos, precisamente porque se ha convertido en asunto privado de los políticos, que no persigan a quienes justamente reclaman limpieza, honestidad, democracia, justicia. De Cataluña y de toda España. Que limpien las tertulias y los cenáculos de radios y televisiones, muchos de ellos controlados por los políticos, como Telemadrid o Intereconomía, de pederastas, machistas y fascistas.
Actuaciones como las de hoy están más cerca del neofascismo que del restablecimiento de la legalidad y el orden en las calles, aunque digan que esto último es lo que pretenden. No pueden hablar de legalidad y orden quienes los han subvertido, y los han convertido en un parámetro que se puede medir en euros para llenar sus bolsillos privados o las arcas de sus partidos.
Es hora de pedir limpieza extrema en todas las plazas. De Cataluña y España. ¡Limpieza!
NOTA:
Sí, reconozco que la foto con la que encabezo este comentario visceral es manipuladora. Tanto como la que solemos poner para ilustrar los sucesos de Tianamen o la primavera de Praga. Sé que la manipulación es un medio de propaganda, pero la actitud de la mujer ante el furgón policial es, me parece a mí, reflejo de la actitud de los acampados ante la policía en la mañana del 27.

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