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jueves, 9 de diciembre de 2010

Acerca del discurso de Vargas Llosa





Oí algunas palabras de Vargas Llosa entresacadas de su discurso; sobre todo aquéllas en las que se emocionaba hasta romper literalmente a llorar, las que pusieron en la radio. Después he leído el discurso completo. Y algo en mi interior se ha desgarrado. No seré yo quien arremeta contra Vargas Llosa por sus opiniones, ya lo han hecho algunos, incluso de un modo zafio y sectario. No podría nunca combatir contra quien escribió Conversación en la catedral, La casa verde o Los cachorros. Son libros que marcaron mi juventud e incluso operaron sobre mi visión del mundo. Tampoco podría ir contra sus opiniones por el hecho de exponerlas; al contrario, me siento en la obligación de defender su derecho a formularlas. Incluso, si se utiliza ese escenario del premio Nobel.
Pero me gustaría hacer algunas precisiones, sólo algunas, podrías ser más, para que la historia se escriba de un modo completo. Son éstas: es cierto que Cuba es una dictadura odiosa, como China y Marruecos, por ejemplo. Es cierto que Venezuela es una dictadura en ciernes, como Ukrania, por ejemplo. Es cierto que Bolivia y Nicaragua son democracias de chiste, como Italia, donde gobierna Berlusconi. No muy distintas, por cierto, de otras que sostiene el narcotráfico. No sé cómo calificar la democracia vaticana, donde gobierna el jefe de una casta de pederastas. Tampoco sé cómo calificar nuestras propias democracias, donde nuestros gobernantes se mueven amordazados por el dictado de los mercados, dejando en el olvido a sus ciudadanos.
Es cierto que el terrorismo es una amenaza de nuestras sociedades; sobre todo, el terrorismo fanático y fundamentalista. Pero no sé si eso justifica una invasión como la de Iraq que produce cientos de miles de muertos para repartirse los despojos del petróleo y el gas y distribuirse el control y la influencia sobre la zona. No importó mentir al mundo entero para conseguirlo. O la de Afganistán, para derribar un régimen y atrapar a un líder que crearon y financiaron los fondos reservados de los americanos. ¿Qué tiene todo esto que ver con nuestra democracia liberal? ¿Justifica todo eso Guantánamo, por ejemplo, las detenciones ilegales, las torturas? ¿Hay diferencias entre Guantánamo, el Gulag o las checas? Por cierto, es curioso cuán poco tardaron en atrapar a Saddam Hussein y cuánto tardan en hacerlo con Osama Bin Laden.
Es verdad que la izquierda ha cometido errores, muchos, sobre todo la izquierda de vinculación comunista, incluso es responsable de los crímenes horrorosos del estalinismo, yo me siento responsable de ellos, como me siento responsable de los crímenes del nazismo. Habrá que indagar en las razones, en todas las razones.
No se levanta Castro en Cuba contra una entelequia sino contra un dictador sanguinario. Iberoamérica no tiene explicación sin sus dictadores ni los intereses norteamericanos, que frecuentemente los gesta y siempre los respalda.
Cuando los sistemas se olvidan del hombre y lo persiguen hasta convertirlo en sujeto de exterminio todos debemos sentirnos señalados, algo mal habremos hecho todos para que se produzca esa barbarie. Algo mal habremos hecho para que un loco rodee su cuerpo de explosivos para inmolarse, sin importarle su propia vida o la vida de los otros, y encomendarse a un dudoso paraíso. Algo mal habrá hecho occidente que persigue antes a los locos que la injusticia. Gastamos más en sofisticar nuestros medios de muerte, en producir la muerte en el mundo que en salvar al mundo de la enfermedad y del hambre. No hay hambre en el mundo por un error de la naturaleza, sino porque es un instrumento necesario del sistema capitalista para perpetuarse. No hay burgueses sin pobres, como no había señores sin siervos.
Ya sé que un bárbaro odioso como Ahmadineyad, el presidente de Irán, está detrás de muchos actos terroristas, mañana lo removería si encontrara un medio que no llevara más dolor e injusticia a su país. ¿No lo están también gobiernos aliados de occidente como el de Arabia Saudí? ¿Tiene Arabia Saudí una democracia liberal? Por cierto, en la caída del Sha de Persia y la instauración del régimen de los ayatolás tiene mucho que ver occidente, Francia concretamente, que protegió a Jomeini y auspició su llegada a la presidencia del país. ¿Qué fue Pinochet? ¿O Franco? A Pinochet lo colocaron en Chile los americanos y a Franco lo sostuvieron los americanos y las democracias occidentales durante cuarenta años. Y USA y occidente permiten la perpetuación de la injusticia entre los palestinos por Israel, otro régimen genocida, occidente auspicia el genocidio.
Podría señalar otras cosas, pero basten con éstas de momento. Me duele que Vargas Llosa no las haya tenido en cuenta o no haya precisado más sus palabras. No es bueno que un premio Nobel mantenga posiciones maniqueas. Le agradezco, sin embargo, la reivindicación de la cultura y de la literatura como instrumento de cambio.
Ya hablaremos de nuestras democracias occidentales otro día y del sistema capitalista que las sustenta. Aunque ese no es otro tema, sino la sustancia de los problemas. Ésta es justamente la que debiera ser ocupación de la izquierda. Añado: no es la izquierda el mal que origina todos los males, sino una respuesta a los males, equivocada en muchos casos, penosamente equivocada, sólo respuesta.

Nuestra época no es la de los fanáticos, sino la de la injusticia profunda; es ésta la que alumbra locos y fanáticos. Las armas de destrucción masiva están en manos de occidente

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