El jardín de las delicias, El Bosco
Como
arquitecto,
como cantero
o como albañil;
tal vez,
desde los pies
hacia la luz oscura
donde los sueños
duermen
para hallar
la luz
que desde la luz
alumbra.
Para hallarla
o convocarla.
Sin los dioses,
como dios,
dios
hacia los dioses,
con el pie
en el fondo
del vientre
elegido
para esa hora,
pero ya eterno.
Dedo a dedo
de los pies,
hasta el tobillo,
raíz
y catapulta,
origen
y decurso,
el alfarero
que se hará
desde su barro
anuncia la génesis
con el primer llanto.
No hay dios,
sino el dios
que va en la mano.
como cantero
o como albañil;
tal vez,
desde los pies
hacia la luz oscura
donde los sueños
duermen
para hallar
la luz
que desde la luz
alumbra.
Para hallarla
o convocarla.
Sin los dioses,
como dios,
dios
hacia los dioses,
con el pie
en el fondo
del vientre
elegido
para esa hora,
pero ya eterno.
Dedo a dedo
de los pies,
hasta el tobillo,
raíz
y catapulta,
origen
y decurso,
el alfarero
que se hará
desde su barro
anuncia la génesis
con el primer llanto.
No hay dios,
sino el dios
que va en la mano.

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