Tengo
la sensación desde hace varios días, casi desde el principio, que
Aminatou Haidar agoniza en Lanzarote rodeada de buitres esperando el
festín de la carnaza. Tengo la sensación de que, salvo alguna voz
aislada (entre los blogs hay una, al menos), asistimos a un coro de
charlatanes miserables, sin nombre, que buscan, con excusa de la
huelga de hambre, sacar su nombre en negrita. Tengo la sensación de
que el gobierno español hace cuanto sabe y puede para que Aminatou
regrese viva a El Aiún con su familia. Tengo, también, la sensación
de que sabe poco y puede menos. Tengo la sensación de que el
gobierno está solo. Ni la Unión Europea, ni EEUU ni Naciones Unidas
se toman en serio a Aminatou, una simple mujer sin importancia en
huelga de hambre para ellos. Tengo la sensación de que alguno se ve
resolviendo en 3 días un conflicto de más de 40 años (digo bien:
el conflicto del Sahara viene de antes de la anexión marroquí).
Tengo la sensación de que olvidamos los intereses europeos y
americanos en la zona, en relación con la inmigración, el petróleo
y los fosfatos, por ejemplo, que es la fortaleza de Marruecos. Tengo
la sensación de que olvidamos el terrorismo de Al Qaeda y los
movimientos islámicos satélites en la zona, otra fortaleza de
Marruecos. Tengo la sensación de que hemos olvidado el 11-S y el
11-M y de que Marruecos nos lo recuerda constantemente. Tengo la
sensación de que olvidamos la dependencia de Marruecos de España y
Europa, en cuanto a ingresos, por transferencias de inmigrantes y
exportaciones, que podría ser la debilidad de la dictadura alahuí.
Tengo algunas sensaciones más, (por ejemplo, que el Frente Polisario
es, en su origen, terrorista) pero deberían ser objeto de debate en
otro momento, cuando Aminatou Haidar esté en El Aiún, con su
familia, y se restablezcan las conversaciones, comprometidas y
serias, entre Marruecos, Naciones Unidas y los polisarios, para
garantizar la autodeterminación de los saharauis. Una muerte no
justifica una causa ni una causa puede alimentarse de muertes.
Tengo
todas estas sensaciones. Por eso, cuando he comentado en otros blogs
sobre este tema he insistido en salvar la vida de Aminatou, en pedir
que sea ése el objetivo. Hoy alguien me dice que deje de pedir y que
proponga. Así que he pensado y voy a proponer.
No
sé cuánto vale la vida de Aminatou Haidar. Supongo que lo que
cualquier otra vida. Tanto como la de Miguel Ángel Blanco, por
ejemplo. Así que recuerdo lo que fuimos capaces de hacer con Miguel
Ángel Blanco e imagino que será posible encontrar un día, no sé,
cualquiera, mañana, pasado, el lunes próximo, dentro de una semana,
el día 24, por ejemplo, o el 31, a las 12 de la mañana, para ser
anónimos y juntarnos, para mostrar nuestra voluntad colectiva de que
Aminatou Haidar viva. Con algunas acciones, como las que siguen:
a.
Salir a los portales de nuestras casas y guardar 5 minutos de
silencio.
b.
Salir a las puertas de las empresas y hacer lo mismo.
c.
Dejar de emitir radios y televisiones.
d.
Parar coches, autobuses, metro, donde se encuentren en ese momento.
e.
Que no arranquen trenes ni despeguen aviones entre las 12,00 y las
12,05.
f.
Quienes se encuentren, a esa hora, en las proximidades de las
embajadas o delegaciones consulares de Marruecos y Estados Unidos o
del Ministerio de Asuntos Exteriores español, que se concentren en
su puerta.
g.
Que todos los periódicos saquen unan referencia en portada, y exijan
a Marruecos que permita regresar a Aminatou.
h.
Que en todos los blogs aparezca a las 12,00 una entrada programada
sobre el tema, a ser posible la misma entrada.
Seguro
que se pueden proponer más acciones para demostrar que queremos la
vida de Aminatou Haidar y el reconocimiento de los derechos de los
saharauis. Bien, propónganse. Y háganse. No es tan difícil. Si
sólo la mitad de todo eso se pusiera en marcha, Marruecos sentiría
la presión de un pueblo; no sólo Marruecos, también la Unión
Europea, EEUU y Naciones Unidas.
Si
no somos capaces de hacer nada, a mí me gustaría callarme. Mozart,
en estos casos, es la única compañía y el único sonido que
soporto.
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