Páginas

lunes, 10 de agosto de 2009

Tu costado





Déjame quedarme en tu costado.
Adaptarme a tu cuerpo, abrazado,
en la dialéctica del cóncavo-convexo
que propones sin quererlo
con ese escorzo infantil
que dibuja tu sueño entre las sábanas.
Déjame respirar como respiras,
tomar tu latido por un mantra
para que mi corazón aprenda
el ejercicio inusitado de vivir,
como sólo se puede vivir contigo al lado.
Déjame sin hacer nada,
más allá de estar en este estado
de ser sin estar estando.
Justo aquí, abandonado
al riesgo de morirme lentamente
o detener el calendario
y vivir eternamente.

No querría yo soñar más allá
de lo estrictamente necesario.

No hay comentarios: