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viernes, 17 de julio de 2009

Cumpleaños




1.

Exactamente las dos y diez
de la madrugada.
De aquel día
y aquel año.
Como este día
de este año
que atraviesas
otra frontera de nombres
cardinales
en tu calendario.
Lo supe por tu llanto.
El primero.
Eras tú por aquel llanto
prodigioso
en las costuras de un verano.
Meses de imágenes
quebradas,
manos, pies, ojos,
corazón imaginado,
sueños de carne y hueso,
oh, dios mío,
lejos yo de aquel quirófano,
donde asomas a la vida,
de entre la masa informe
y sanguinolenta,
como un reto
frutal en mi memoria.
Y no fue la luz
que la noche nos había arrebatado,
fue tu llanto,
rotundo como una voz.
Estabas en el mundo
y venías a cambiarlo.
Eso entendí yo
y así lo anoto.
No sé si el mundo,
yo sí he cambiado.

Por la risa o por el llanto
sabemos,
por ellos nos hacemos sabios.


2.

Cuando hoy ya no sea hoy,
quizá pienses en los tiempos
de las inquietudes muertas,
en los sueños de los sueños,
escritos en las cometas
deshabitadas del viento.
En las esperanzas rotas,
en los caminos impuestos.
Eso es mirar al pasado,
que está ante tus ojos yerto.
No, vivir es más sencillo.
No hay que mirar muy lejos.
Lo sabes, lo aprendiste
hurgando por ahí dentro,
al lado del corazón.
No hay ningún otro misterio.
Es tu corazón y tú,
de donde es dios y nace el cielo.

Hoy es el último día,
y el primero, el día eterno.

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