6.202.700 parados. O sea, 6.202.700
de excluidos del derecho al trabajo. Es decir, puesto que, como
media, 3 personas dependen de cada trabajador, 18.608.100 de personas
condenadas a la indignidad. Digámoslo deletreándolo: diez y ocho
millones seiscientas ocho mil cien personas. Hablamos de personas. ¿O
sólo hablamos de números? España tiene 47.190.493 habitantes. La economía en estos tiempos todo lo
reduce a números. Porque dicen que los números son neutros y sólo
describen la realidad. Con números también se determinan los
desahucios en España. ¿Cuántos cientos de miles? Los parados y los
desahuciados caben en cifras, pero no tienen nombre ni apellidos. Ni
derechos. Derechos tienen la media docena de parlamentarios del PP
que han sido denunciados por los escraches. También tienen nombre y
apellidos. Este número no es neutro, es un número para agitar los
telediarios. Es decir, los números están cargados de ideología.
Dicen que quienes participan en los escraches son nazis, pero sólo
los nazis despojaron de nombre a sus víctimas para convertirlas en
números, como los 6.202.700 parados o los cientos de miles de
desahuciados.
Los muertos en el atentado
terrorista de Boston tuvieron nombres y apellidos, y se fueron
repitiendo como el eco por los noticieros del día, pero nadie
recordó a los muertos que en esa misma fecha se produjeron en otro
atentado, éste en Somalia, ni siquiera por su número. También hubo
muertos en Siria, todos los días se producen muertos en Siria, pero
estos muertos ya están amortizados, nadie habla de ellos, ni
siquiera para cifrarlos. Los muertos de Boston son víctimas del
terrorismo. Los muertos civiles por los bombardeos de los drones de
EEUU son errores, daños colaterales, como mucho.
¿Nos interesan las personas? ¿Nos
interesa la vida? ¿O sólo nos interesan los nuestros? A Krystle
Cambell, de 29 años, y a Martin Richard, de 8 años, víctimas del
atentado de Boston, les hicieron sendos funerales al día siguiente.
La tercera víctima, Lu Luingzi, era chino. ¿O sólo nos interesamos
por los hechos cuando amenazan nuestra vida? ¿Nos importan los
muertos o nos preocupan sólo cuando creemos que podemos ser
nosotros uno de esos muertos?
No nos interesa un mundo más justo.
Si nos sintiéramos concernidos por la injusticia, no permitiríamos
que en España hubiera 6.202.700 parados, mientras algunos viven en
su particular Versalles. Un parado debería ser uno de los nuestros,
como lo es una víctima del terrorismo. Si nos concerniera la
injusticia, entenderíamos que el terrorismo es una manifestación
violenta (y aborrecible, también aborrecible) de la rebelión de las
víctimas de la injusticia en el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario