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jueves, 25 de abril de 2013

Boston y desempleo.



6.202.700 parados. O sea, 6.202.700 de excluidos del derecho al trabajo. Es decir, puesto que, como media, 3 personas dependen de cada trabajador, 18.608.100 de personas condenadas a la indignidad. Digámoslo deletreándolo: diez y ocho millones seiscientas ocho mil cien personas. Hablamos de personas. ¿O sólo hablamos de números? España tiene 47.190.493 habitantes. La economía en estos tiempos todo lo reduce a números. Porque dicen que los números son neutros y sólo describen la realidad. Con números también se determinan los desahucios en España. ¿Cuántos cientos de miles? Los parados y los desahuciados caben en cifras, pero no tienen nombre ni apellidos. Ni derechos. Derechos tienen la media docena de parlamentarios del PP que han sido denunciados por los escraches. También tienen nombre y apellidos. Este número no es neutro, es un número para agitar los telediarios. Es decir, los números están cargados de ideología. Dicen que quienes participan en los escraches son nazis, pero sólo los nazis despojaron de nombre a sus víctimas para convertirlas en números, como los 6.202.700 parados o los cientos de miles de desahuciados.
Los muertos en el atentado terrorista de Boston tuvieron nombres y apellidos, y se fueron repitiendo como el eco por los noticieros del día, pero nadie recordó a los muertos que en esa misma fecha se produjeron en otro atentado, éste en Somalia, ni siquiera por su número. También hubo muertos en Siria, todos los días se producen muertos en Siria, pero estos muertos ya están amortizados, nadie habla de ellos, ni siquiera para cifrarlos. Los muertos de Boston son víctimas del terrorismo. Los muertos civiles por los bombardeos de los drones de EEUU son errores, daños colaterales, como mucho.
¿Nos interesan las personas? ¿Nos interesa la vida? ¿O sólo nos interesan los nuestros? A Krystle Cambell, de 29 años, y a Martin Richard, de 8 años, víctimas del atentado de Boston, les hicieron sendos funerales al día siguiente. La tercera víctima, Lu Luingzi, era chino. ¿O sólo nos interesamos por los hechos cuando amenazan nuestra vida? ¿Nos importan los muertos o nos preocupan sólo cuando creemos que podemos ser nosotros uno de esos muertos?
No nos interesa un mundo más justo. Si nos sintiéramos concernidos por la injusticia, no permitiríamos que en España hubiera 6.202.700 parados, mientras algunos viven en su particular Versalles. Un parado debería ser uno de los nuestros, como lo es una víctima del terrorismo. Si nos concerniera la injusticia, entenderíamos que el terrorismo es una manifestación violenta (y aborrecible, también aborrecible) de la rebelión de las víctimas de la injusticia en el mundo.

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