El 14 de noviembre se cumplen 90 años de la fundación del Partido Comunista de España, y sus dirigentes nos lo están recordando con algunas iniciativas. También nos recuerdan los 35 años de la legalización del PCE aquel sábado santo rojo. Con artículos en el Mundo Obrero digital o de su secretario general en Público.
Cuánto tiempo. 35 años por un lado y 90 por otro, y parece que fue ayer, nunca mejor traída la coletilla.
Una iniciativa es especialmente interesante. Han elaborado cinco vídeos que han colgado en youtube. Con los siguientes títulos: Orígenes, Bloques históricos, Movimientos sociales, Responsables y movimientos políticos actuales, y Secretarios generales. El título de cada uno sugiere su contenido. No es difícil encontrarlos: basta escribir en el explorador de youtube “90 aniversario PCE”, por ejemplo, para que aparezcan todos, sin faltar ninguno.
No es que a uno le recuerden al NODO, que se lo recuerdan, o al famoso Diccionario Biográfico Español, donde se dice que Franco fue un buen muchacho, aunque un poco autoritario, elaborado por la Real Academia de la Historia, que se lo recuerdan, o a los viejos y casposos panfletillos que llamaban a las barricadas, no, no es eso, aunque también es eso. Es que el PCE hegemoniza IU e IU pretende hegemonizar la voz de la izquierda, como pretendió hegemonizar, hasta vaciarlo, el movimiento 15M. Y éste es un asunto muy serio. Aunque no fueron los únicos, hubo otros que también se sirvieron del movimiento, incluso para sus intereses personales. Y el 15M salió bastante tocado de aquellas batallas, tanto que ya no se sabe qué es el 15M.
Cualquier historiador independiente diría que la trayectoria del PCE se puede entender con la trayectoria de sus tres secretarios generales más longevos: José Díaz, de 1932 a 1942, que tuvo que gestionar la guerra civil y la derrota por los fascistas; Dolores Ibárruri, de 1942 a 1960, a quien le tocó el gran giro histórico de la desvinculación con la Unión Soviética, consecuencia de las terribles revelaciones del XX Congreso del PCUS en cuanto al estalinismo, y la política de la reconciliación nacional, y, finalmente, Santiago Carrillo, de 1960 a 1982, durante cuyo mandato se promovieron los grandes movimientos sociales, especialmente, CCOO, y la novedosa propuesta del llamado eurocomunismo, además de tocarle el período de normalización política española y el periodo de transición a la democracia. Antes de ellos, todo es relleno, y, tras ellos -esto no sé si lo diría un historiador independiente, pero lo digo yo-, tras ellos, todo es relleno y farfolla, nada, es decir, Gerardo Iglesias (1982-1988), Julio Anguita (1988-1998), Francisco Frutos (1998-2009) y José Luis Centella (2009-...) Cualquier historiador independiente diría que Santiago Carrillo y Dolores Ibárruri han sido los dirigentes más influyentes y decisivos en la historia del PCE.
Cualquier historiador independiente diría que la trayectoria del PCE se puede entender con la trayectoria de sus tres secretarios generales más longevos: José Díaz, de 1932 a 1942, que tuvo que gestionar la guerra civil y la derrota por los fascistas; Dolores Ibárruri, de 1942 a 1960, a quien le tocó el gran giro histórico de la desvinculación con la Unión Soviética, consecuencia de las terribles revelaciones del XX Congreso del PCUS en cuanto al estalinismo, y la política de la reconciliación nacional, y, finalmente, Santiago Carrillo, de 1960 a 1982, durante cuyo mandato se promovieron los grandes movimientos sociales, especialmente, CCOO, y la novedosa propuesta del llamado eurocomunismo, además de tocarle el período de normalización política española y el periodo de transición a la democracia. Antes de ellos, todo es relleno, y, tras ellos -esto no sé si lo diría un historiador independiente, pero lo digo yo-, tras ellos, todo es relleno y farfolla, nada, es decir, Gerardo Iglesias (1982-1988), Julio Anguita (1988-1998), Francisco Frutos (1998-2009) y José Luis Centella (2009-...) Cualquier historiador independiente diría que Santiago Carrillo y Dolores Ibárruri han sido los dirigentes más influyentes y decisivos en la historia del PCE.
Pues bien, de acuerdo con la historia que está difundiendo el actual PCE, Santiago Carrillo nunca ha sido secretario general del PCE, acaso ni siquiera militante. Santiago Carrillo ha desaparecido de la historia del PCE.
Uno recuerda las prácticas del viejo estalinismo, que no sólo asesinaba a sus discrepantes, sino que cometía la obscenidad de matarlos por segunda vez borrándolos de las fotografías y de los libros. Como hizo con Trotsky, por ejemplo, aunque en este caso primero lo borró y luego lo asesinó. A Santiago Carrillo lo han borrado de las fotografías antes de su fallecimiento.
Uno no es nadie, pero discrepó en su día profundamente de Santiago Carrillo, y por eso acabó alejándose de aquellos movimientos políticos. Discrepó en el debate que acabó con la expulsión de Fernando Claudín y Federico Sánchez -es decir, Jorge Semprún-, discrepó en su día de la marginación de la potente organización interior del PCE y discrepó de su resistencia a promover iniciativas como la propia IU. Por ejemplo. Discrepó de su odioso personalismo, de su falta de auténtica fe en los procesos democráticos. El personalismo y el mesianismo son hijos del estalinismo, como bien se demostró con su comportamiento y se ha demostrado con el de sus sucesores, estalinistas acendrados. A ninguno le ha temblado la mano para expulsar y/o marginar a sus adversarios. La diferencia, con todo, entre Santiago Carrillo y sus sucesores es la ineptitud, en la que sus sucesores rivalizan. Quizá por eso lo han borrado de la historia del PCE.
El primer compromiso con la historia debe ser la verdad. Y el primer compromiso de la verdad ha de ser la integridad del relato histórico. Quien desprecia la verdad no merece ningún respeto. El PCE, en estos momentos, y su hijuela, IU, no me merecen ningún respeto.
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