Imagino a la niña en la
ventana.
Con sus ojos de niña en
la ventana.
Con sus manos de niña en
la ventana.
Con sus sueños de niña
en la ventana.
Imagino su sonrisa de niña
en la ventana.
Imagino el invierno en la
ventana,
el frío traspasando la
ventana
y alcanzando su corazón
asomado a la ventana.
Imagino estalagmitas de
sangre en la ventana.
Imagino las estaciones del
año pasando,
primavera y verano, otoño
y primavera,
un año y otro año, un
año y otro año,
como páginas de
enciclopedia a través de la ventana.
Imagino el río lejos, más
allá de la ventana,
la brisa que sopla más
allá de la ventana
y el mundo imaginado en la
ventana,
sus dedos en el vaho del
cristal de la ventana.
El sol trazando una elipse
de luz en la ventana
y la luna extraviada en el
retal de cielo
que rasgan las jambas y el
dintel de la ventana.
Imagino sus pies como
crisálidas,
mariposas de alas blancas
una tarde en la ventana,
elevarse hasta salvar la
frontera del alféizar.
Imagino que imagina otra
tarde y la ventana.
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