Se
me ocurre tomar un desvío del camino que iniciamos en la entrada
anterior. Con Los Secretos, el grupo pop de los años 80 encabezado
por los hermanos Enrique y Álvaro Urquijo, con esta canción que
escribió Enrique poco antes de su muerte en 1999 por sobredosis en
un oscuro portal de Madrid: Agárrate fuerte a mí, María. Busca y
habla a su hija, en la que se refugia, cuando todos los demás apoyos
ya han fallado, cuando todos los desencuentros ya se han producido. Y
se me ocurre que la invisibilidad en los afectos es profunda y
extensa: no vemos, no oímos a quien nos pide ayuda, ni siquiera
cuando nos grita desesperadamente. Es verdad que Enrique seguramente
es una persona especialmente sensible, especialmente vulnerable,
víctima de una época que consumió a muchos otros más, poetas,
pintores, en la droga. Pero no era la primera vez que reclamaba
ayuda. Véanse, si no, dos canciones anteriores: Aunque tú no lo
sepas y Pero a tu lado. Pocas veces vemos, casi nunca miramos; pocas
veces oímos, casi nunca escuchamos. Cuando en los afectos hay que
implicarse hasta mancharse, no basta con una palmada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario